viernes, 9 de noviembre de 2012

Resistencia...

Hoy escribe mi tristeza.

Amanecio. Y todo lo que pude lograr hacer fue levantarme y prepararme para ir al trabajo. Gran hazaña. Ya de camino, pensaba en bajarme del bus e irme corriendo. Pero con ropa de oficina, zapatos de taco y un bolso no se me haria nada comodo. Y pues tampoco me sentia libre.

Llegue, y empiezo a trabajar. Las ganas de hacer nada eran mucho mas placenteras que de conversar, leer o simplemente weviar hasta que llegue el jefe. Llegó el jefe, y pues todo fue yendo de mal a peor. Yo por mi parte, no quería saber nada de nadie ni de nada.

Llegó la hora de almorzar, no almuerzo sola. Pero no puedo contarle porque la tristeza me consume. Seguimos conversando de vanalidades. Pero aun asi, no puedo.

Ni que decir de trabajar pensando y recordando todo lo que se dijo anoche.

El alcohol, asi como los sedantes, son buenos elixires de la verdad. O es lo que yo quiero pensar. Mentir se me da perfecto, a ti también. Pero yo no te menti, ni te miento.

Sali mas tarde del trabajo, por las ineptitudes de otros. Bueno, mia tambien.

Llego a casa. Solo hay silencios, por todos lados. Silencio.

Luego, he aqui! Un juego. Solo uno.

Ya todo quedo olvidado, pero el daño causado por aquellas palabras. Eso. Eso no ha sanado.

¿El porque de mi tristeza?

Porque quiero algo, y no lo tengo. Porque lamento no estar ahi. Porque me siento tonta, al dejar que todo pase, me pase, y me quede aun.

Yo volvi, y me quede. Yo aun estoy aqui. Y no creo que una disculpa me rebaje, mas bien, me siento mejor. Puesto que yo lo dije, yo dije "lo siento", yo busque la manera.

Soy una diosa entre tanta gente de mierda. Los dioses deben estar juntos.

Aun sigo triste, y a pesar del cansancio, del dolor de espalda, de la poca luz, y de la indiferencia, yo aun... sigo aqui.


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